13 cosas que no sabias sobre los pajaros jilgueros - Articulo numero: 777841622784

El pajaro Jilguero presenta una longitud de 11-13,5 cm, una extensión de 21-veinticinco con cinco cm, un peso de catorce-diecinueve g y una longevidad de 7 a diez años (en cautividad) El pajaro jilguero europeo presenta una cabeza tricolor con máscara facial roja y alas negras con franja amarilla.

El plumaje de un pajaro jilguero adulto se identifica por una cabeza muy distintiva y conspicua, con aspecto tricolor, máscara facial roja, y dibujo cefálico blanco y negro. El pico es típico y adaptado a su nutrición. Cónico, esbelto, afilado, de color pálido. Por otra parte, el cuerpo en la parte delante es blanquecino, bordeado de ocre, al tiempo que la parte posterior marronácea.

El ala muy propia y conspicua, tanto con el ave posada, como en vuelo. Negra, con ancha franja alar amarilla; máculas blancas en la punta de las rémiges de tamaño variable, dependiendo del desgaste. La cola es negra, escotada, presentando rectrices con puntas blancas.

El plumaje juvenil presentan alas idénticas a los adultos, una cabeza y cuerpo gris pardo uniforme y jaspeado. Adquiere el típico dibujo cefálico tricolor tras la primera muda parcial en otoño. Existen asimismo plumajes intermedios, los que son indistinguibles del adulto salvo con el ave en mano, en tal caso, dependiendo de la época y el ciclo de muda, se aprecia por rémiges, cobertoras alares y rectrices.

El macho y la hembra del jilguero son muy parecidos, apenas existe dimorfismo sexual. Con el ave en la mano, o en condiciones de observación muy favorables, el macho presenta mayor cantidad de rojo en la cara, y plumillas nasales en general más oscuras. La variación estacional es inexistente, sin embargo, el desgaste progresivo del plumaje, reduce (e inclusive elimina) las puntas blancas de rémiges y rectrices, recuperándolas tras la muda completa postnupcial.

Debido a su cabeza tricolor, y a su conspicua coloración alar, resulta inconfundible con otras especies. Los ejemplares juveniles pueden inducir a determinada confusión con hembras y también inmaduros de otros fringílidos marronáceos, pero solo en el caso de que la observación no incluya el ala.

Los ciclos de muda en juveniles es parcial durante el verano, al tiempo que en adultos la muda es completa también a lo largo del verano.

El jilguero europeo se distribuye a lo largo del paleártico occidental. Suele habitar lindes de bosques, sotos, campiñas, zonas agrícolas, parques, jardines, huertos, frutaledas y, normalmente cualquier zona herbácea, en especial si existe exuberancia de cardos (comestible predilecto de la especie); la clave es presencia mínima de arbolado. Cría sin dificultades en pueblos y ciudades.

Muestra predilección por entornos calurosos, siendo menos usual observarlo conforme aumenta la altitud. Ha sido convocado en los Alpes suizos a dos mil cuatrocientos m s. n. m.; en los Pirineos catalanes a dos mil m s. n. m., y en Sierra Nevada a 1850 m s. n. m..

Su predilección por las plantas ruderales, singularmente cardos y centaureas, explica las altas abundancias de jilgueros en vegas y olivares, hábitats que aportan árboles para emplazar el nido, y terrenos despejados donde buscar semillas.

En migración resulta ubicuo. En invierno también frecuenta yermos y otras zonas abiertas aunque no estén arboladas.

Normalmente acostumbran a criar un par de veces a lo largo de un año. La primera puesta comienza a mediados de marzo o principio de abril. La segunda puesta se efectúa a continuación de la primera. Extrañamente se generan tres puestas.

La puesta consta de 5 o bien seis huevos de color blanco con finas motas rojizas. La incubación dura entre 12 y trece días, periodo en el que con frecuencia el macho nutre a su pareja en el nido. El nido, construido prácticamente solamente por la hembra, tiene forma de copa y se instala en las horquillas de las ramas más altas de ciertos árboles o arbustos.

Los polluelos, que son nidícolas, abandonan el nido y se independizan de los padres a los 15 días más o menos, alcanzan el plumaje terminante tras la muda otoñal.

El jilguero europeo se comporta como parcialmente migrador. Las poblaciones nórdicas migran al sur; los cuarteles de invierno se ubican en la zona mediterránea. Las poblaciones meridionales pueden ser sedentarias, errantes, jilguero e inclusive migradoras hacia el norte de África. La migración es diurna, en grupos aproximadamente numerosos. El paso migratorio es prolongado; el grueso de la migración otoñal se produce entre septiembre y noviembre; el de la primavera se genera entre febrero y mayo.

En zonas como España se considera un migrador parcial, recibiendo invernantes provenientes de Centroeuropa; el paso otoñal se produce sobre todo en octubre y noviembre, y la vuelta transcurre entre marzo y mayo.

Los individuos ibéricos semejan desamparar mayoritariamente muchas de sus localidades de cría para desplazarse al norte de África, dando sitio a una increíble concentración otoñal en el estrecho de Gibraltar, donde resulta ser el fringílido más abundante en migración al unirse con migradores más norteños; en este sentido se han convocado muy altas densidades al sur de Cádiz del orden de 65 aves por cada diez hectáreas.

Genéticamente se ha definido la especie parental existente del jilguero común (Carduelis carduelis). Es el Carduelis citrinella el que probablemente dio lugar a estos jilgueros comunes eurasiáticos en las islas del Mediterráneo, en la llamada Crisis Mesiniense, cuando el mar Mediterráneo se hallaba casi seco y era un conjunto de charcos salinos de mayor o menor profundidad.

Las aves son animales vertebrados, de sangre caliente, que caminan, saltan o se mantienen solo sobre las extremidades siguientes, al tiempo que las extremidades anteriores han evolucionado hasta convertirse en alas que, como muchas otras características anatómicas únicas, les permiten, en la mayor parte de los casos, volar, si bien no todas vuelan. Tienen el cuerpo cubierto de plumas y, las aves sensu stricto, un pico córneo sin dientes. Para reproducirse ponen huevos que incuban hasta su eclosión.

Su grupo taxonómico se llama clase Aves (la palabra es latina y está en plural, en singular sería avis)4​ para la sistemática tradicional, mas en la sistemática filogenética actual este clado no tiene rango, y es incluido por su parte consecutivamente dentro de los clados: Theropoda, Dinosauria, Archosauria, Sauropsida, Tetrapoda, etc., si bien hay más anidamientos intermedios con denominación.

Las aves se originaron desde dinosaurios carnívoros bípedos del Jurásico, hace entre ciento cincuenta y doscientos millones de años y, de hecho, son los únicos dinosaurios que sobrevivieron a la extinción masiva producida al final del Mesozoico. Por tanto, la sangre caliente, que es la característica más notable que comparten con los mamíferos, es un resultado de evolución convergente, puesto que no hay un antepasado común a los dos conjuntos que tuviese este rasgo. Su evolución dio lugar, tras una fuerte radiación, a las más de diez mil especies actuales ​(más ciento cincuenta y tres extintas en tiempos históricos).​ Las aves son los tetrápodos más diversos; sin embargo, tienen una enorme homogeneidad morfológica en comparación con los mamíferos. Las relaciones de parentesco de las familias de aves no siempre y en toda circunstancia pueden definirse por morfología, mas con el análisis de ADN empezaron a dilucidarse.

Las aves habitan en todos y cada uno de los biomas terrestres y asimismo en todos y cada uno de los océanos. El tamaño puede ser desde 6,4 cm en el colibrí zunzuncito hasta 2,74 metros en el avestruz. Los comportamientos son diferentes y notables, como en la anidación, la alimentación de las crías, las migraciones, el apareamiento y la tendencia a la asociación en conjuntos. La comunicación entre las aves es variable y puede implicar señales visuales, llamadas y cantos. Ciertas emiten gran diversidad de sonidos, y se resaltan por su inteligencia y por la capacidad de transmisión cultural de conocimientos a nuevas generaciones.

El humano ha tenido una intensa relación con las aves. En la economía humana las aves de corral y las cinegéticas son fuentes de alimento. Las canoras y los papagayos son populares como mascotas. Se usa el plumón de patos y gansos familiares para rellenar almohadas, y antes se cazaban muchas aves para ornamentar sombreros con sus plumas. El guano de las aves se utiliza en la fertilización de suelos. Algunas aves son reverenciadas o bien rechazadas por motivos religiosos, supersticiones o por prejuicios errados. Muchas son símbolos culturales y referencia usual para el arte. En los últimos quinientos años se han extinguido más de ciento cincuenta especies como consecuencia de actividades humanas, y, actualmente, son más de mil doscientas las especies de aves conminadas que necesitan sacrificios para su conservación.

Los loros se identifican por

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