14 consejos y tips para aprender sobre la cria de jilgueros - Articulo numero: 8746

El pajaro Jilguero presenta una longitud de once-trece con cinco cm, una envergadura de veintiuno-veinticinco con cinco cm, un peso de 14-diecinueve g y una longevidad de 7 a diez años (en cautividad) El pajaro jilguero europeo presenta una cabeza tricolor con máscara facial roja y alas negras con franja amarilla.

El plumaje de un pajaro jilguero adulto se identifica por una cabeza muy propia y conspicua, con aspecto tricolor, máscara facial roja, y dibujo cefálico blanco y negro. El pico es típico y adaptado a su alimentación. Cónico, esbelto, afilado, de color pálido. Por otro lado, el cuerpo en la parte anterior es blanquecino, bordeado de amarillento, al paso que la parte trasera marronácea.

El ala muy propia y conspicua, tanto con el ave posada, como en vuelo. Negra, con ancha franja alar amarilla; máculas blancas en la punta de las rémiges de tamaño variable, dependiendo del desgaste. La cola es negra, escotada, presentando rectrices con puntas blancas.

El plumaje juvenil presentan alas idénticas a los adultos, una cabeza y cuerpo gris pardo uniforme y moteado. Adquiere el habitual dibujo cefálico tricolor tras la primera muda parcial en otoño. Existen también plumajes intermedios, los cuales son indistinguibles del adulto excepto con el ave en mano, en tal caso, en dependencia de la época y el ciclo de muda, se aprecia por rémiges, cobertoras alares y rectrices.

El macho y la hembra del jilguero son muy parecidos, apenas existe dimorfismo sexual. Con el ave en la mano, o en condiciones de observación muy convenientes, el macho presenta mayor cantidad de rojo en la cara, y plumillas nasales normalmente más oscuras. La alteración estacional es inexistente, sin embargo, el desgaste progresivo del plumaje, reduce (e incluso suprime) las puntas blancas de rémiges y rectrices, recuperándolas tras la muda completa postnupcial.

Debido a su cabeza tricolor, y a su conspicua coloración alar, resulta inconfundible con otras especies. Los ejemplares juveniles pueden inducir a cierta confusión con hembras y también inmaduros de otros fringílidos marronáceos, pero solo caso de que la observación no incluya el ala.

Los ciclos de muda en juveniles es parcial a lo largo del verano, mientras que en adultos la muda es completa también durante el verano.

El jilguero europeo se distribuye a lo largo del paleártico occidental. Suele morar lindes de bosques, sotos, campiñas, zonas agrícolas, parques, jardines, huertos, frutaledas y, por norma general cualquier zona herbácea, especialmente si existe exuberancia de cardos (alimento predilecto de la especie); la clave es presencia mínima de arbolado. Cría sin dificultades en pueblos y urbes.

Muestra predilección por ambientes calurosos, siendo menos frecuente observarlo a medida que aumenta la altitud. Ha sido convocado en los Alpes suizos a 2400 m s. n. m.; en los Pirineos catalanes a dos mil m s. n. m., y en Sierra Nevada a mil ochocientos cincuenta m s. n. m..

Su predilección por las plantas ruderales, especialmente cardos y centaureas, explica las altas abundancias de jilgueros en vegas y olivares, hábitats que aportan árboles para emplazar el nido, y terrenos despejados donde buscar semillas.

En migración resulta ubicuo. En invierno también frecuenta yermos y otras zonas abiertas aunque no estén arboladas.

Generalmente acostumbran a criar dos veces a lo largo de un año. La primera puesta empieza a mediados de marzo o bien principio de abril. La segunda puesta se realiza después de la primera. Raramente se generan tres puestas.

La puesta consta de cinco o bien seis huevos de color blanco con finas motas rojizas. La incubación dura entre doce y 13 días, período en el que frecuentemente el macho nutre a su pareja en el nido. El nido, construido prácticamente solamente por la hembra, tiene forma de copa y se instala en las horquillas de las ramas más altas de ciertos árboles o arbustos.

Los polluelos, que son nidícolas, abandonan el nido y se independizan de los progenitores a los 15 días más o menos, alcanzan el plumaje terminante tras la muda otoñal.

El jilguero europeo se comporta como parcialmente migrador. Las poblaciones norteñas migran al sur; los cuarteles de invierno se ubican en la zona mediterránea. Las poblaciones meridionales pueden ser sedentarias, errantes, e incluso migradoras hacia el norte de África. La migración es diurna, en conjuntos más o menos abundantes. El paso migratorio es prolongado; el grueso de la migración otoñal se genera entre septiembre y noviembre; el de la primavera se produce entre febrero y mayo.

En zonas como España se considera un migrador parcial, recibiendo invernantes procedentes de Centroeuropa; el paso otoñal se produce sobre todo en octubre y noviembre, y la vuelta transcurre entre marzo y mayo.

Los individuos ibéricos semejan desamparar mayoritariamente muchas de sus localidades de cría para desplazarse al norte de África, dando lugar a una increíble concentración otoñal en el estrecho de Gibraltar, donde resulta ser el fringílido más rebosante en migración al unirse con migradores más norteños; agapornis personata en este sentido se han citado altísimas densidades al sur de Cádiz del orden de 65 aves por cada diez hectáreas.

Genéticamente se ha definido la especie parental existente del jilguero común (Carduelis carduelis). Es el Carduelis citrinella el que seguramente dio sitio a estos jilgueros comunes eurasiáticos en las islas del Mediterráneo, en la llamada Crisis Mesiniense, cuando el mar Mediterráneo se encontraba prácticamente seco y era un conjunto de charcos salinos de mayor o bien menor profundidad.

Las aves son animales vertebrados, de sangre caliente, que andan, brincan o bien se sostienen solo sobre las extremidades siguientes, mientras que las extremidades anteriores han evolucionado hasta convertirse en alas que, como muchas otras características anatómicas únicas, les permiten, en la mayoría de los casos, volar, si bien no todas y cada una vuelan. Tienen el cuerpo cubierto de plumas y, las aves sensu stricto, un pico córneo sin dientes. Para reproducirse ponen huevos que incuban hasta su eclosión.

Su grupo taxonómico se denomina clase Aves (la palabra es latina y está en plural, en singular sería avis)4​ para la sistemática clásica, pero en la sistemática filogenética actual este clado no tiene rango, y es incluido por su parte sucesivamente en los clados: Theropoda, Dinosauria, Archosauria, Sauropsida, Tetrapoda, etcétera, aunque hay más anidamientos intermedios con denominación.

Las aves se produjeron a partir de dinosaurios carnívoros bípedos del Jurásico, hace entre ciento cincuenta y doscientos millones de años y, de hecho, son los únicos dinosaurios que sobrevivieron a la extinción masiva producida al final del Mesozoico. Por tanto, la sangre caliente, que es la característica más notable que comparten con los mamíferos, es un resultado de evolución concurrente, pues no hay un ancestro común a ambos grupos que tuviese este rasgo. Su evolución dio sitio, tras una fuerte radiación, a las más de diez mil especies actuales ​(más ciento cincuenta y tres extintas en tiempos históricos).​ Las aves son los tetrápodos más diversos; sin embargo, tienen una gran homogeneidad morfológica en comparación con los mamíferos. Las relaciones de parentesco de las familias de aves no siempre pueden definirse por morfología, pero con el análisis de ADN empezaron a dilucidarse.

Las aves habitan en todos y cada uno de los biomas terrestres y también en todos y cada uno de los océanos. El tamaño puede ser desde 6,4 cm en el colibrí zunzuncito hasta 2,74 metros en el avestruz. Los comportamientos son diferentes y notables, como en la anidación, la alimentación de las crías, las migraciones, el apareamiento y la tendencia a la asociación en grupos. La comunicación entre las aves es variable y puede implicar señales visuales, llamadas y cantos. Algunas emiten gran diversidad de sonidos, y se resaltan por su inteligencia y por la capacidad de transmisión cultural de conocimientos a nuevas generaciones.

El humano ha tenido una intensa relación con las aves. En la economía humana las aves de corral y las cinegéticas son fuentes de alimento. Las canoras y los loros son populares como mascotas. Se usa el plumón de patos y gansos domésticos para rellenar almohadas, y antes se cazaban muchas aves para ornamentar sombreros con sus plumas. El guano de las aves se emplea en la fertilización de suelos. Ciertas aves son veneradas o rechazadas por motivos religiosos, supercherías o por prejuicios erróneos. Muchas son símbolos culturales y referencia usual para el arte. En los últimos 500 años se han extinguido más de ciento cincuenta especies a consecuencia de actividades humanas, y, en la actualidad, son más de mil doscientas las especies de aves conminadas que necesitan sacrificios para su conservación.

Los

Weergaven: 3

Opmerking

Je moet lid zijn van Beter HBO om reacties te kunnen toevoegen!

Wordt lid van Beter HBO

© 2024   Gemaakt door Beter HBO.   Verzorgd door

Banners  |  Een probleem rapporteren?  |  Algemene voorwaarden