Francisco Ortuño Joyería - Una descripción general

[Kilby Barnes]

Cualidades deseables en los diamantes

Las piedras hermosas por lo general son raras y raras veces se halla una perfecta. Las gemas, en su mayoría, están a buen recaudo. El público está comenzando a El mejor anillo de joyería para una boda darse cuenta y a querer entender las cualidades más finas de las piedras preciosas. Año tras año, el público exige una mayor excelencia en la calidad y la talla.

La primordial cualidad de un diamante como joya es su brillo. Por ejemplo, si se colocan cincuenta anillos de igual tamaño en una bandeja, el más brillante siempre y en todo momento atraerá la mayor atención. El brillo de las piedras atrae la mirada del comprador. En ocasiones, una piedra carece de brillo debido a la impureza del color, a las imperfecciones o bien a un corte deficiente. Las piedras que carecen de brillo, aunque sean extremadamente valiosas, no llamarán mucho la atención. En cambio, una piedra que tenga fuego y vida fascinará y exigirá atención.

Las piedras preciosas normalmente son extrañas y pocas veces se encuentra una perfecta. Las gemas, en su mayoría, están a buen recaudo. El público está empezando a caer en la cuenta y a estimar comprender las cualidades más finas de las piedras bellas. Año tras año, el público demanda una mayor excelencia en la calidad y la talla.

La principal cualidad de un diamante como joya es su brillo. Por servirnos de un ejemplo, si se colocan cincuenta anillos de igual tamaño en una bandeja, el más refulgente siempre atraerá la mayor atención. El brillo de las piedras atrae la mirada del comprador. En ocasiones, una piedra carece de brillo debido a la impureza del color, a las imperfecciones o bien a un corte deficiente. Las piedras que carecen de brillo, aunque sean extremadamente valiosas, no llamarán mucho la atención. En cambio, una piedra que tenga fuego y vida maravillará y exigirá atención.

Tras el brillo viene el color. El color que suele exigir el costo más alto es el blanco azulado. La calidad del color se llamó hace mucho tiempo "Old Mine". Justo después de los tonos blancos azulados, el próximo es el blanco más puro. Los colores blancos puros se acuñaron como bienes de río. Estos bienes destacan por su pureza de color. Por alguna razón desconocida, las piedras de las excavaciones húmedas son superiores en calidad, a las de las excavaciones secas. Después de éstas vienen los cristales, que se dividen en cristales y cristales superiores. Muchos joyeros se complacen de llevar nada menos que cristales. Después de los cristales vienen las capas de plata, las capas y las aguas secundarias, cada una menos valiosa y brillante que la otra. Hay piedras que son muy raras y contienen dos o bien más colores, que se hacen muy evidentes en dependencia de la posición de la luz.

Los diamantes rosas y violetas son los siguientes en el orden de extrañeza. Los diamantes de color naranja y amarillo canario son los siguientes, y su demanda es cada vez mayor. Los colores marrones finos asimismo ganan popularidad. Una piedra cobrizo fina es realmente difícil de encontrar, y como la demanda prosigue incrementando, también lo va a hacer el costo.

Además del brillo y el color, la talla y la perfección tienen un gran peso cuando se trata del valor de una joya. El tallado es un paso esencial en el juego de la Joyería por el hecho de que depende mucho de él. Cuando un trabajador corta una piedra, sus principales preocupaciones son el peso, el color y el brillo. Los talladores de diamantes de ayer cortaban sobre todo para conservar el peso y el color. Recortar una piedra es de forma frecuente una labor ardua, hay que tener cuidado de no recortar un peso o un color considerables.

Para cada piedra hay ciertos ángulos y predisposición de las facetas adecuadas a su refracción, que encarnan la luz que cae sobre ella, y asisten mejor a la luz que cae sobre ella, y asisten mejor al poder natural de la piedra también para reflejar y dispersar los rayos de luz. Para que las piedras se corten en proporciones perfectas es necesario emplear a un cortador especialista. Cuesta más cortar una piedra a las proporciones precisas que recortar las proporciones a la piedra. Las proporciones perfectas son imprescindibles para obtener un brillo inmejorable. Un diamante boca arriba, debe enseñar una distribución uniforme de la luz.

Los defectos que no afectan al brillo de la piedra son intrascendentes, pero sí afectan al precio. Al inspeccionarlos, incluso un inexperto puede descubrirlos. Las máculas de lignito, las grietas en el grano, las cristalizaciones imperfectas y los orificios en la superficie son objeciones graves y reducen el valor sensiblemente. Las ligeras marcas en el grano, las burbujas en forma de aguja o bien las manchas, no tienen tanto peso como el brillo y el color.